Investigadores policiales revisan el sitio donde estalló una bomba en Barranquilla, Colombia. AFP


Una serie de ataques con explosivos lanzados el fin de semana contra la policía deja siete muertos y decenas de heridos en el norte de Colombia, en acciones que según indicios oficiales involucran a grupos del narcotráfico.

Este domingo se conocieron dos nuevos atentados contra estaciones de policía, tras el estallido de una bomba dentro de una comisaría en Barranquilla que causó la muerte a cinco efectivos y heridas a 41 personas.

Según el organismo, poco antes de la medianoche del sábado, un artefacto estalló en el puesto de mando de una aldea del municipio de Santa Rosa, en el departamento de Bolívar, también en el norte del país.

En esta acción perdieron la vida dos uniformados y otro resultó herido. La policía detalló en un comunicado que la carga fue instalada en "el costado izquierdo" de la pequeña estación, que antes había sido "hostigada".

Las autoridades no ofrecieron pistas sobre los presuntos responsables de este ataque, el tercero en 24 horas contra la fuerza policial.

- Barranquilla, en la mira -

La arremetida comenzó el sábado temprano con el estallido de la bomba en Barranquilla. Las autoridades señalaron a bandas del microtráfico o menudeo de drogas como posibles responsables.

"No tenemos la menor duda (de) que esto es una retaliación ante tantos buenos golpes que viene dando la policía no solamente al microtráfico de Barranquilla, sino por fuera", declaró el alcalde de la ciudad, Alejandro Char.

El atentado sacudió a este puerto del Caribe que se prepara para su tradicional Carnaval, y es el primero de magnitud que golpea a una de las grandes ciudades de Colombia en los últimos años.

Azotado por más de medio siglo de conflicto, el país tomó un respiro tras el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC, ahora convertida en partido político, y también por los esfuerzos del gobierno por alcanzar un pacto similar con los rebeldes guevaristas del ELN.

Aún impactada por lo ocurrido el sábado, Barranquilla fue nuevamente blanco de una acción contra la policía este domingo.

Cuatro uniformados y un civil quedaron heridos tras otro ataque con explosivos contra una estación en el área metropolitana de esta ciudad de casi 1,3 millones de habitantes.

Según una fuente de la policía, las víctimas están fuera de peligro y aún se desconoce si el explosivo fue lanzado o activado a distancia.

"Se investiga posible relación con el atentado de ayer (sábado)", agregó la fuente a la AFP.

El sábado el presidente Juan Manuel Santos, quien visitó a los heridos en Barranquilla, ordenó fortalecer la seguridad en esa ciudad con 1.500 policías adicionales en los próximos días.

La fuerza pública detuvo a un hombre de 31 años como sospechoso de haber activado la bomba que mató a los cinco efectivos el sábado.

Cristian Bellón, de 31 años, será presentado ante la justicia este domingo, según el fiscal general, Néstor Martínez.

"Le imputaremos a este sujeto cinco homicidios agravados (...), homicidios en tentativa, terrorismo agravado y uso de explosivos", precisó en rueda de prensa.

El fiscal se abstuvo de revelar las pistas sobre los móviles y demás responsables del ataque para no entorpecer la investigación.

Colombia enfrenta desde hace décadas al narcotráfico.

El país es el principal productor y exportador mundial de cocaína, y las mafias han inundado de droga las principales ciudades en lo que se conoce como microtráfico.